domingo, 12 de abril de 2009

Love Letter

Y cuando revolviendo tus cosas encontrás una carta de amor que nunca diste. Una carta de amor con todas las letras. Lo suficientemente cursi. Lo suficientemente única. Y la encontrás cuando ya el amor pasó. Cuando ya se fue. Pero el corazón y el estómago se te revuelven al unísono. Y no importa que hagas con la carta o con tus cosas revueltas. Esa carta, una carta de amor de cuando recién lo conocías, nunca la entregaste porque era demasiado sincera y ahora pertenece a tu museo emocional. Nada más. Ni nada menos.

3 comentarios:

Eugenia Rombolá dijo...

me encantá tu pochoclera, tu prosa más viv.

se me revolvió un poquito el estómago de sólo pensar en mi museo de amores perdidos.

por eso dejé las cartas de amor en la casa de mi vieja. jaja

beso grande

ANINU dijo...

Me gustó la definición de ese extraño universo = "museo emocional", aunque si lo pienso en detalle, es un poco un oxímoron, no?
Quizas x eso me gustó.
En el museo, en el archivo, las cosas se vuelven estáticas, y lo emocional es pura actualidad y acción, incluso cuando no hay acción.

Y esas cartas de amor... es raro no? son de una realidad que nunca existió. No existieron de a dos, y tampoco son de quien las lee.
Son de otro, alguien que fuimos cuando nos pensábamos dos.

Je, me puse cursi en el comment.

ANINU dijo...

Gracias!, lo mismo digo de los tuyos!